Un proyecto de ley para reemplazar las bolsas plásticas que se entregan en supermercados y comercios en general por bolsas de material biodegradable es impulsado en la provincia de Buenos Aires. El loable propósito de la iniciativa es minimizar el impacto ambiental que provoca la abundancia de aquellos elementos en los rellenos sanitarios, en los cursos de agua y el mar, y muy a menudo en el paisaje, consecuencia de su gran perdurabilidad (calculada en alrededor de 300 años) y, a menudo, del desaprensivo manejo del que son objeto.
Con esa finalidad se prevé un plazo de dos años para que los establecimientos sustituyan las bolsas que entregan al público en la actualidad. Se avanzaría así en una iniciativa que propone reemplazarlas por envases de rápida descomposición natural, como el cartón o el papel.
Es trascendente resaltar que ya varias provincias cuentan con proyectos similares y que incluso Mendoza sancionó, hace casi tres años, una ley que prohíbe la entrega de bolsas de materiales no biodegradables para el transporte de mercadería en supermercados y comercios, aunque no ha tenido aplicación concreta.
La iniciativa bonaerense también reconoce antecedentes internacionales y ha despertado controversias por motivos ambientales y económicos: las bolsas plásticas resultan útiles para transportar materiales que contienen humedad y las bolsas de materiales biodegradables son notablemente más costosas. En Europa, un equipo de industriales franceses inventó una bolsa que bautizaron "Neosac", degradable y bioasimilable en 3 meses, y en nuestro país, desde mediados de mayo, los supermercados Wal-Mart han reemplazado las tradicionales bolsas plásticas por bolsas oxibiodegradables que incluyen en su proceso de elaboración un aditivo que las convierte en productos sensibles a la luz solar, la humedad, la temperatura y demás factores ambientales que inician un proceso de degradación natural, al mismo tiempo que mantienen sus propiedades de resistencia y seguridad en el contacto con los alimentos, como si se tratase de bolsas tradicionales.
Sería razonable que, antes del dictado de cualquier norma, se invitara a los diversos representantes de los todos los sectores involucrados a analizar las implicancias totales de un cambio de esta magnitud, que no implica únicamente la sustitución de un material por otro, sino que trasunta también un cambio de comportamiento en quienes las utilizamos.
A bill to replace the plastic bags that are delivered to supermarkets and shops in general bags biodegradable material is pushed in the province of Buenos Aires, Argentina. The laudable purpose of the initiative is to minimize the environmental impact caused by the abundance of those items in landfills, into watercourses and the sea, and very often in the landscape, from its great durability (estimated at around 300 years) and often unscrupulous management of them. To that end provides for a term of two years to replace the facilities that deliver bags to the public at present. Well in advance is an initiative that proposes replacing packages of rapid natural decay, such as cardboard or paper. It is important to emphasize that several provinces already have similar projects, and even sanctioned Mendoza, almost three years ago, a law prohibiting the delivery of bags of non-biodegradable materials for the transport of goods in supermarkets and shops, but had no practical application . The initiative also recognizes bonaerense international background and has aroused controversy by environmental and economic reasons: the plastic bags are useful for transporting materials that contain moisture and bags of biodegradable materials are considerably more expensive. In Europe, a team of French industrial invented a bag called "Neosac" degradable and bioasimilable at 3 months, and in our country since mid-May, Wal-Mart supermarkets have replaced the traditional plastic bags by bags containing oxibiodegradables in the process of drafting an additive that makes them sensitive to sunlight, moisture, temperature and other environmental factors that initiate a process of natural degradation, while maintaining its properties of strength and safety in contact with food, as if it were traditional bags. It would be reasonable that, before issuing any rule, to invite the various representatives of all sectors involved to discuss the implications of a total change of this magnitude, which implies not only the replacement of one material for another, but reflect also a change in behavior in those who use them.
Con esa finalidad se prevé un plazo de dos años para que los establecimientos sustituyan las bolsas que entregan al público en la actualidad. Se avanzaría así en una iniciativa que propone reemplazarlas por envases de rápida descomposición natural, como el cartón o el papel.
Es trascendente resaltar que ya varias provincias cuentan con proyectos similares y que incluso Mendoza sancionó, hace casi tres años, una ley que prohíbe la entrega de bolsas de materiales no biodegradables para el transporte de mercadería en supermercados y comercios, aunque no ha tenido aplicación concreta.
La iniciativa bonaerense también reconoce antecedentes internacionales y ha despertado controversias por motivos ambientales y económicos: las bolsas plásticas resultan útiles para transportar materiales que contienen humedad y las bolsas de materiales biodegradables son notablemente más costosas. En Europa, un equipo de industriales franceses inventó una bolsa que bautizaron "Neosac", degradable y bioasimilable en 3 meses, y en nuestro país, desde mediados de mayo, los supermercados Wal-Mart han reemplazado las tradicionales bolsas plásticas por bolsas oxibiodegradables que incluyen en su proceso de elaboración un aditivo que las convierte en productos sensibles a la luz solar, la humedad, la temperatura y demás factores ambientales que inician un proceso de degradación natural, al mismo tiempo que mantienen sus propiedades de resistencia y seguridad en el contacto con los alimentos, como si se tratase de bolsas tradicionales.
Sería razonable que, antes del dictado de cualquier norma, se invitara a los diversos representantes de los todos los sectores involucrados a analizar las implicancias totales de un cambio de esta magnitud, que no implica únicamente la sustitución de un material por otro, sino que trasunta también un cambio de comportamiento en quienes las utilizamos.
A bill to replace the plastic bags that are delivered to supermarkets and shops in general bags biodegradable material is pushed in the province of Buenos Aires, Argentina. The laudable purpose of the initiative is to minimize the environmental impact caused by the abundance of those items in landfills, into watercourses and the sea, and very often in the landscape, from its great durability (estimated at around 300 years) and often unscrupulous management of them. To that end provides for a term of two years to replace the facilities that deliver bags to the public at present. Well in advance is an initiative that proposes replacing packages of rapid natural decay, such as cardboard or paper. It is important to emphasize that several provinces already have similar projects, and even sanctioned Mendoza, almost three years ago, a law prohibiting the delivery of bags of non-biodegradable materials for the transport of goods in supermarkets and shops, but had no practical application . The initiative also recognizes bonaerense international background and has aroused controversy by environmental and economic reasons: the plastic bags are useful for transporting materials that contain moisture and bags of biodegradable materials are considerably more expensive. In Europe, a team of French industrial invented a bag called "Neosac" degradable and bioasimilable at 3 months, and in our country since mid-May, Wal-Mart supermarkets have replaced the traditional plastic bags by bags containing oxibiodegradables in the process of drafting an additive that makes them sensitive to sunlight, moisture, temperature and other environmental factors that initiate a process of natural degradation, while maintaining its properties of strength and safety in contact with food, as if it were traditional bags. It would be reasonable that, before issuing any rule, to invite the various representatives of all sectors involved to discuss the implications of a total change of this magnitude, which implies not only the replacement of one material for another, but reflect also a change in behavior in those who use them.
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